sábado, 17 de noviembre de 2012

ARGO: UN RESCATE DE PELÍCULA



Una nueva película llega a nuestra cartelera para romper la parsimonia que la envuelve momentáneamente. Su nombre: ARGO. Esta cinta de suspenso, que ha conseguido los aplausos de los críticos más mordaces alrededor del mundo, se perfila como la candidata para arrasar en la gala de los Oscar.

El largometraje se basa en la operación secreta organizada por la CIA para el rescate de 6 diplomáticos estadounidenses en una nociva Teherán. Pero expliquemos un poco más la historia; Teherán 1979, la relación estadounidense-iraní en su punto más álgido y una turba enojada se amontona frente a la embajada del país del Tío Sam. Se huele el peligro y la insalubridad. Seis diplomáticos se percatan de eso, escapan rápidamente y logran asilo en la embajada de Canadá; los demás quedarán atrapados por más de un año en condiciones infaustas. En este panorama desalentador, surge la figura de nuestro héroe: Un agente secreto de la CIA experto en rescates y nada pusilánime. Él es el que propone el ardid de fingir grabar una película fantástica en la ciudad y hacer pasar a los 6 prófugos como miembros del equipo de producción. Para eso recurre al  senil productor de cine Siegel Lester y el maquillador John Chambers quienes lo ayudan a crear “ARGO”, la película salvadora. Después de semanas de preparación, el agente parte hacia Teherán. Ahí tras escenas de gran tensión y adrenalina pura, donde el miedo a ser atrapado y condenado por  felonía al nuevo régimen rebelde transcurre en cada instante, el agente logrará llevar a todos los diplomáticos a  Suiza (zona inocua) y posteriormente con sus familias en Estados Unidos. (La operación actualmente se considera un vestigio de operaciones de rescate  internacionales)

¿Pero qué hace a esta película causar estragos por dónde se presenta? En mi opinión, son por varios factores que confluyen en ella. El primero de estos factores recae en la grandiosa dirección del filme a cargo de Ben Affleck, el antiguo niño mimado de Hollywood, quien demuestra una vez más que es mejor detrás de cámaras y que los aplausos obtenidos en sus anteriores películas no fueron hechos fortuitos. El segundo es la adaptación de la historia en un verosímil guión que maneja correctamente los momentos de tensión con momentos de humor, así como también se perciben ciertos momentos de denuncia (en especial, los afanes imperiales de la Casa Blanca).Otra característica importante es que la película resulta una lisonja al asiduo género de filmes en los cuales los norteamericanos logran imponerse sobre los problemas (que levante la mano quien no ha sucumbido hacia esa vieja tradición hollywoodense). Por último, el factor final es ser una película de exiguo presupuesto en comparación a las demás y a pesar de ello recaudar mucho más que ellas (siempre tendemos a seducirnos por ese encanto a apoyar a los más “débiles”).

En líneas generales, “ARGO” nos ofrece la excusa perfecta para deshacernos  de la apatía hacia nuestra cartelera (provocada por infructuosas producciones cinematográficas) y disfrutar de un momento agradable frente a la pantalla grande. ¡Así que preparen la canchita que el cine nos espera!

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