jueves, 13 de septiembre de 2012

DULCES 15

En este época del años los jóvenes de los grados de secundaria entran en conmoción, al recepcinar una pequeña tarjetita de colores pastel. Entramos de lleno al viejo pero recargdo ritual de los quinceañeros, que distan bastante de aquellos en los que yo alguna vez participé. No es mi intención sermonear sobre todo tiempo pasado fue mejor (definitivamente algunas cosas es mejor dejarlas atrás), pero al ver a jovencitas, algunas embutidas en alucinantes vestidos de diseñador, y maquilladas al estilo "esa no eres tú" se puede palpar la presión externa (y quizás interna) por elaborar una suerte de mega evento que sin duda haría palidecer a cualquier matrimonio lujoso de hoy. Ni modo, los tiempos cambian, pero lo que sí no debe cambiar es el amor y orgullo que los padres deben siempre profesar a sus hijas, no solo en estas fechas sino para toda la vida. ¡Felicidades quinceañeras!

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