lunes, 1 de agosto de 2011

Al maestro...





Ante todo mil disculpas Alexandra, con lo ajetreada de la agenda no pude colgarlo a tiempo, pero vale el esfuerzo y la sinceridad de tu art'iculo.




Profesor es aquella persona que sin tener que hacerlo, dedica incontables horas de su vida a transmitir sus conocimientos a un grupo de niños o jóvenes. Es aquel ser humano que armado con su vocación y una gran paciencia ingresa al aula con la intención de dar lo mejor de sí.

Y la verdad es que hay muchos y todos son distintos:
• El profesor que con una mirada impone silencio en el aula, y aquel que se desgarganta tratando de conseguirlo.
• El profesor que hace de su clase una oratoria interminable, que con el ambiente cálido del aula nos sumerge poco a poco en un trance del que no podemos escapar e inevitablemente terminamos durmiendo, también tenemos al profesor cuya clase es tan didáctica y entretenida que parece que uno esperara todo el día a que llegue su hora, y el profesor capaz de hacer malabares para conseguir un segundo de atención de los alumnos.

Pero es que la labor de un profesor muchas veces no termina al sonar el timbre de salida y sus preocupaciones siempre van más allá de la clase del día siguiente o la programación de la semana. Porque en algunos casos la relación que uno tiene con un profesor se convierte en algo más grande y especial, ese profesor se transforma en tu amigo y confidente; en esa persona capaz de escucharte y dar consejos, ya que así no nos demos cuenta pasamos ocho horas de nuestro día en el colegio entre personas a las que con el tiempo adoptamos como parte de nuestra familia.
Profesores hay muchos: Buenos, malos, serios o alegres; y si hay algo que siempre se va a recordar son las clases, exámenes, llamadas de atención y fastidiosas aunque necesarias tareas. Pues al salir del colegio uno enfrenta un mundo totalmente distinto y en los encuentros entre amigos o ex-alumnos siempre se escuchará esta simple pero significativa frase.

¿Qué será de la vida de mi profesor…?

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