viernes, 9 de diciembre de 2011

RESEÑA DON JUAN TENORIO



Don Juan Tenorio, escrita por José Zorrilla, fue una obra dramática que fue una de las principales obras literarias que representan al típico don Juan de la época. José Zorrilla nació en Valladolid en 1817 y murió en 1893. Hay varias versiones de la obra, como la vista el jueves 3 de noviembre de 2011 en el Museo Cementerio Presbítero Maestro, en tres actos dados en tres distintos lugares.

La obra presenta a Don Juan Tenorio y su rival, Don Luis Mejía, con quien hizo hace tiempo una apuesta. Empieza en Sevilla, donde comparan el número de mujeres seducidas y los muertos en duelo en un año, según la apuesta, saliendo como vencedor Don Juan. Hacen otra apuesta, donde él conquistaría a una novicia, Doña Inés, y a la prometida de Mejía, Doña Ana, en tan sólo 6 días. Así transcurre la historia hasta que Tenorio mata a su rival y al padre de la novicia, huyendo. Al final, 5 años más tarde de lo sucedido, sucede la salvación de Don Juan por Inés, dándose como escenario la casa de Don Juan convertida en cementerio por su padre (qué ironía).

Personalmente me encantó la versión dada por el elenco dirigido por Myriam Reátegui, quien nos dio algunas recomendaciones momentos antes de la función. Me gustó mucho la trama de la obra, pero vista de esa manera, fue muchísimo mejor. Los actores son muy buenos y hacían del contexto terrorífico del cementerio en una muy buena ayuda, acompañada con su buenísima actuación. Me llegó a absorber demasiado, tanto que parecía ya real para mí.

Sin lugar a dudas, yo recomiendo esta obra a toda clase de público: “de la primera, segunda, tercera, cuarta y hasta octava edad, porque aquí la hay”, como dijo un actor concluido el primer acto. La escenografía es perfecta para la obra y la música también. La trama no es muy compleja, mas tampoco es tan sencilla, y es eso mismo lo que capta la atención del público; es muy interesante más aún por el hecho del contorno y la buena interpretación por parte de los actores. Y, además de la obra, se puede apreciar la belleza del cementerio, y pasar como temerarios en medio de las tumbas.

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