viernes, 2 de octubre de 2009

Pescador de hombres


Durante esta semana recibimos la visita del Padre Stalin. La intención de él, fue explicarnos cómo podríamos trabajar el tema de vocaciones con los jóvenes. La vocación sacerdotal era la propuesta. Pensé brevemente en las figuras religiosas que acompañaron mi niñez y juventud, casi inmdiatamente el Padre dijo algo que corroboró mis recuerdos; generalmente las experiencias negativas se imponen a aquellas que fueron positivas. Y era cierto, nos centramos generalmente a ver, y nos hacen ver (porque en los medios eso vende) las cosas negativas de la vocación sacerdotal. Pero por todos aquellas cosas "malas" existen miles de personas que asumen de manera total su entrega a Cristo.

La figura del curita encerrado en su Iglesia es insuficiente, porque la vida es acción, y ellos también estan presentes, en misiones, en momentos de conflicto, e incluso muchos de ellos dieron su vida en defensa de otros o en virtud de sus ideales. Esos padres, como mencionaba, no apareceran jamás en portadas de revistas, ni serán titulares de periódicos, pero serán para su comunidad o el entorno que tuvo la gracia de tenerlos, un modelo de vida. No necesariamente en el aspecto netamente religioso, pero si en el aspecto humano.


Un alumno de quinto, me mencionaba que actualmente muchos de ellos no tenían claro un ejemplo a seguir y es cierto, casos de corrupción, violencia, e injusticias habrán siempre, pero también existiran aquellas personas que con sus acciones tocan la vida de otros y se constituyen ellos mismos en esos modelos que tanto necesitamos.


Anexo el escrito de Marco Aurelio Jimenéz Reyes sobre este tema, pero la pregunta es ¿ A quién consideras tú un modelo a seguir?


En nuestra sociedad, los jóvenes carecen de un modelo a seguir. Esta falta puede ser producto de una educación deficiente y, por ende, de la ausencia de orientación en los jóvenes.

Los modelos que los jóvenes buscan deberían estar en todas las instituciones de nuestro país. En cambio vemos como en la instituciones públicas y tutelares se presentan casos de corrupción, falta de ética y audacia en los actos privados como públicos.

El primer lugar donde pueden forjarse los modelos es la familia. Sin embargo, muchas de éstas, están resquebrajadas por problemas que surgen de una incompatibilidad (separaciones, ausentismo de uno de los padres e incluso violencia física y verbal). Al negárseles a los niños esta opción de modelos a seguir, los niños y jóvenes se ven de pronto desprovistos de los ejemplos o paradigmas que pudieran hacerlos crecer emocionalmente.

A lo largo de su crecimiento, los jóvenes al integrarse con otros pares, no saben distinguir a las malas influencias de personas modelos a seguir. Esto trae como consecuencia que estos adopten un estereotipo equivocado que destruyen los valores.

La solución más apropiada a esta paradoja, yace en todos los involucrados al correcto desarrollo de los jóvenes y niños futuros a integrarse en nuestra sociedad. Familia, colegio e instituciones cercanas a este grupo deberían unir esfuerzos en centrar un objetivo, un modelo a seguir para estas nuevas generaciones. Un De caso contrario, se podría implementar una sociedad, donde no exista el respeto entre recíproco en nuestro entorno.

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