viernes, 27 de mayo de 2011

DÍA DE LA MADRE CLARETIANA

Una vez más es el día de la madre y esta vez se celebró de una manera muy alegre por parte de los alumnos de secundaria.
Iniciamos con la tradicional misa dirigida por el Reverendo Padre Ronel Chipana quien fue asistido por el Padre Daniel.
Luego de este momento litúrgico se dio paso a la actuación del nivel secundaria.
Empezamos con una reflexión de los profesores Joel y Kelly donde nos exhortaron a aprovechar el tiempo que pasamos con nuestras mamás. Después entrarían a escena el taller de danza con el baile “Los Caporales” perfectamente ejecutado por los alumnos. A continuación se leyó la composición ganadora del tercero de secundaria, por el alumno Piero Romero y su “Canción para mamá”.
La nota alegre vendría con los alumnos de tercero con un gran baile mix. De ahí vendría el saludo del señor Carlos Zumaeta donde él nos pide que queramos y respetemos a nuestras madres.
Luego de este saludo, el taller de música nos deleitaría con la canción “Bendita tu Luz”. Después llegarían los hermanos Quispe Sáenz quienes hicieron un gran baile.
La pre promoción se hizo presente con una actuación hilarante, donde nos presenta los sueños y aspiraciones de las madres que desean el hijo perfecto, pero a pesar de que no lo consiguen siempre lo van a querer. Casi para terminar la banda del colegio interpretó dos piezas musicales clásicas.
Finalmente el Padre Ronel se hizo presente dando el saludo a la madre claretiana y expresando los mejores deseos para ellas en su día.
Realmente fue una linda actuación la que vivimos en nuestro colegio.


lunes, 9 de mayo de 2011

Un día más sin ella



Algunos me conocen, algunos conocen ya esta historia y espero que otros tomen atención a lo que quisiera escribir en este momento… En esa época yo tenía 5 para 6 años, mis padres ya estaban separados, y yo solo vivía con mi madre en un departamento pequeño, como muchos de los que existen ahora. Recuero mucho este lugar, humilde sin muchos lujos, solo lo necesario para sobrevivir. Y así pasaban nuestros días aparentemente tranquilos. Después un tiempo a mi madre le detectaron cáncer a la mama, ella se destruyo por completo. Dirigió su mirada hacia mí y comenzó llorar porque sabía que nunca me vería crecer, volverme un profesional y de seguir un buen sendero para un futuro mejor. Ese día maldijo a DIOS por haberle dado a un niño y de darle la muerte por intercambio; en la noche me llamo para dormir en su cama. Estando a lado de ella me dijo:
-Hijo me voy a morir… Me lo dijo directamente sin rodeos como preparándome para el momento de su fallecimiento.
Yo le conteste que ella nunca iba a morir que siempre estaría conmigo, esa noche comenzamos a llorar.
Los días pasaban y el cáncer le empezaba a ganar la batalla, se estaba generalizando. Se le arrugaba la piel, se volvía más débil, su pelo se caía por la quimioterapia y tenia que utilizar una peluca para cubrir su cabeza ya que tenía mucho frio y vergüenza al salir a la calle. Yo inocente jugaba con ella pensando que estaba bien, que todo era un juego.
Un día la internaron en el hospital, en la habitación 325. Ella se encontraba sedada con la morfina para apaciguar el dolor, sus hermanos se empezaron a turnar para cuidarla y pasar con ella sus últimos momentos de vida, a mí nunca se me permitió ir. Fue así como un día de junio llego su hora, ella muere a la edad de 46 años.
En el día del velorio me acerque a su caja y por curiosidad le toque su mano pensando que estaba dormida. Estaba fría y no se movía. Mi padre se acerca y le pregunto: Por qué no se despierta? ... Porque no se despierta mi mamá? Y mi padre me responde con lágrimas. En ese momento supe que mi madre nunca se iba a despertar.
Nuestra última despedida fue en el entierro, todos formamos un círculo. Familiares, hermanos y amigos. La soledad invadía el lugar. Le entregue algo que pudiera recordarme, mis lagrimas en una rosa y le dije hasta luego.
Les escribo esto porque puede que este sea una historia más de muchas que les puede contar otras personas. Yo no busco conmover o generar lástima lo único que puedo decirles es que en estos días de fiesta y alegría por las mamás se tomen un tiempo para realmente puedan valorar el regalo que significa tener a estas mujeres excepcionales en sus vidas. Ustedes no saben cuánto tiempo más estará a su lado. Díganle que la aman, que las extrañan, denle un beso y nunca pero nunca pierdan esa oportunidad que yo nunca lo tuve.

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